LA CONVERGENCIA ENTRE LA PLANEACIÓN FINANCIERA Y LA INTELIGENCIA DE NEGOCIOS: UN ASPECTO CLAVE PARA ALCANZAR ÉXITO CORPORATIVO.

Uno de los métodos más utilizados por la humanidad para la elaboración de planes orientados al éxito en cualquiera de sus dimensiones, ha sido la observación de aquellas estrategias cuya ejecución permitió alcanzar grandiosos resultados.

Hemos aprendido que, sin importar el contexto temporal o de aplicación de una estrategia exitosa, esta puede ser analizada, adaptada, optimizada y aplicada en nuevos contextos de tal forma que nuevamente se constituya en el mapa de navegación hacia el éxito.

Un ejemplo (de miles que podrían ser citados) es como aquellas prosas, legado de los sabios de antaño y que por siglos han contenido los secretos que permitieron el éxito en batallas coloniales, en la modernidad han aportado al perfeccionamiento de los fundamentos del liderazgo corporativo.

De esta forma hemos llegado a la era de las “buenas prácticas”, en la cual la sociedad ha entendido y aceptado que es posible capitalizar el pasado (experiencia), para la confección de un presente (decisiones / estrategia) que garantice un futuro brillante (obtención de metas).

Por tanto, con esta idea en mente a continuación analizamos dos buenas prácticas, presentes en la estrategia de un considerable número de empresas contemporáneas, que por sus resultados tangibles son dignas de ser imitadas.

  1. Contar con un área o proceso de Planeación Financiera.
  2. Potencializar los procesos de Planeación Financiera con una Aplicación Informática con funcionalidad propia de la Inteligencia de Negocios. 

Las grandes empresas edifican, en términos financieros, sus planes estratégicos y operativos sobre un fundamento denominado “Planeación Financiera”.

La Planeación Financiera es entendida como un compendio de métodos, instrumentos y objetivos que permiten, desde una perspectiva financiera, diseñar, ejecutar y verificar la estrategia que conducirá a la equilibrada obtención de las metas establecidas por una organización.

Obviamente la Planeación Financiera tiene un enfoque predictivo, pero a su vez afinca sus niveles de certidumbre en el juicioso y exhaustivo análisis de los hechos históricos y presentes.

De forma ilustrativa podríamos decir: ¿Cómo un atleta podrá establecer la meta de ganar una medalla olímpica si su presente y pasado revelan que no cuenta con la capacidad para ganar una medalla nacional? Un buen entrenador invitaría a este hipotético atleta a replantear sus metas a partir de la contundencia del análisis de su propio desempeño.

La buena práctica, digna de ser replicada, en este caso no es simplemente que se debe planear el “cómo” económica y operativamente se pueden alcanzar los objetivos financieros establecidos, sino que se requiere hacerlo dentro de un marco de referencia trazado a partir de los alcances y limitaciones propios de la organización.

Gracias a la evolución de los teoremas de la administración corporativa, en la actualidad contar con un área o proceso especializado de Planeación Financiera es lo normal en casi la totalidad de empresas de cierta envergadura, sin embargo, existe un elemento cardinal de la Planeación Financiera que puede determinar el éxito o fracaso de la misma.

Dicho elemento esencial puede ser descrito en un leguaje diáfano a través del siguiente interrogante:

Si el futuro (delineado en parte por la Planeación Financiera) debe ser fundado sobre el pasado y el presente ¿Cómo desarrollar un conocimiento objetivo acerca del pasado y el presente de la organización y su entorno?

Y la respuesta a tan relevante cuestionamiento puede encontrarse en la periferia del punto de convergencia entre dos pilares de la arquitectura empresarial moderna, a saber, la Planeación Financiera y la Inteligencia de Negocios.

“The Data Warehousing Institute” define la Inteligencia de Negocios como la unión entre datos, tecnología, análisis y conocimiento humano para optimizar las decisiones de negocios y en última instancia para conducir al éxito de una empresa. Adicionalmente define las Aplicaciones Informáticas de Inteligencia de Negocios como herramientas que usualmente combinan una bodega de datos empresarial (Data Warehouse) y una plataforma o herramienta de Inteligencia de Negocios para transformar los datos en información de negocio procesable y utilizable 1.

En tiempos donde una gran porción de la operatividad de las empresas se basa en herramientas informáticas, las Bases de Datos Estructuradas se han constituido en insumos valiosos para los procesos de análisis que producirán un balance justo sobre el desempeño obtenido por una organización durante un rango de tiempo.

Por lo cual, en este punto también es válido aseverar que gracias a la evolución de los teoremas de la administración corporativa, actualmente el hecho de contar con procesos sistematizados es algo sencillamente esencial para la productividad de una empresa, sin embargo, aquí también existe un elemento que puede incrementar exponencialmente el impacto positivo asociado al uso de herramientas informáticas.

Y nuevamente, dicho elemento puede ser descrito de forma clara a través de un interrogante:

Si la operación sistematizada de las empresas es una perenne fuente generadora de datos estructurados ¿Las empresas pueden capitalizar la posesión de dichos datos?

La respuesta a esta pregunta (y de paso a su predecesora) devela el espíritu de este escrito:

Las empresas pueden capitalizar los datos operacionales estructurados, históricos y presentes, a través de la INTELIGENCIA DE NEGOCIOS, puesto que esta disciplina tiene por propósito principal el convertir los datos en información de negocio procesable y utilizable;  Entonces, es justamente esta información de negocio la que la PLANEACIÓN FINANCIERA requiere como insumo fiable para la generación oportuna de un panorama preciso acerca del desempeño pasado y presente tanto de la organización como de su entorno.

Al condensar todos estos conceptos, y con el ánimo de presentar una conclusión con aroma práctico, es conveniente plantear el siguiente interrogante:

Puesto que es perfectamente válido asegurar que las herramientas informáticas son el punto de convergencia entre la Inteligencia de Negocios y la Planeación Financiera… ¿Qué características deben tener aquellas Aplicaciones de Software destinadas a soportar los procesos de la Planeación Financiera?

La respuesta es bastante sencilla: Deben ser herramientas tipificadas como Aplicaciones Informáticas Analíticas y no Transaccionales.

Técnicamente esto significa que deberán ofrecer capacidades funcionales propias de la Inteligencia de Negocios, como por ejemplo:

  • Permitir la configuración de conexiones con bodegas de datos para extraer datos y convertirlos en información de forma automatizada.
  • Brindar herramientas para la confección, a nivel de usuario de negocio, de consultas en tiempo real (Ad hoc)
  • Facilitar la construcción de representaciones gráficas de los principales indicadores (KPI) que intervienen en la consecución de los objetivos de negocio (Dashboard).

De esta forma, a partir de todo lo anteriormente planteado, es posible palpar el inmenso beneficio que representa el hecho de que los Procesos de Planeación Financiera sean soportados por una Aplicación de Software. Pero es requisito que dicha aplicación, a pesar de estar alineada con las reglas de negocio financieras (especializada para usuarios financieros), esté en perfecta armonía con las exigencias funcionales propias de la Inteligencia de Negocios.

Sin lugar a dudas, aplicaciones de este tipo pondrán lo mejor de dos mundos a disposición de la estrategia corporativa y las empresas que las usen muy probablemente protagonizarán futuros casos de éxito dignos de ser imitados.

En nuestro boletín enviamos información importante acerca de nuestros productos y temas de actualidad empresarial del país. Para estar al día ingrese su email y haga clic en el botón suscribirse.

Error: Formulario de contacto no encontrado.

¿Empezamos una conversación?
Hable ahora con un especialista.